"Las aves saben encontrar el camino
En la bóveda del cielo,
fieles a su cumplido,
De anunciar tu regreso
Con sus palabras sencillas.

Y los árboles desnudos, 
En la tierra quemada por el hielo,
Peinarán de nuevo el viento,
Enredando entre sus brazos
Tu espíritu insondable.

No nos llevemos las manos a la cabeza.
Todo ocurre por algún motivo,
Un cruel designio divino
Que interpela nuestra fe,
Excepto la belleza
Del más esplendoroso de los sueños,
La semilla de esperanza
Que traes siempre contigo.

Y, antes de que sea consciente
De tu efímera victoria,
Pondrás tu dedo en mis labios,
Deteniendo mis reproches,
Mientras tu voz se va teñiendo
Del dulce color de tu nostalgia,
En un idioma que brota de la tierra
Espontáneo y misterioso.

Las tímidas caléndulas,
Las sensuales rosas…
Cuánta vida desea nacer
Saludándote a tu paso.

Nunca pretendieron las flores vivir
Sino por ese precioso instante."

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