Desde una perspectiva más emocional o más carnal, a través de los sentimientos o los sentidos, no se puede entender al ser humano sin aceptar la importancia del deseo y la diversidad con la que se expresa el amor. Sabemos que la atracción no siempre discurre por el camino establecido y que las leyes de la seducción pueden llegar a ser más poderosas que cualquier otra norma impuesta. La llamada de la naturaleza resuena en nuestro interior. De esta manera, en esta serie de pinturas el protagonismo recae en ese vínculo invisible y profundo que une a los cuerpos, porque quizás no alcancemos la plenitud sino en la entrega al otro.
Esta obra forma parte de la colección "La piel del otro".
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