Si atendemos al diccionario, el deseo sería el movimiento hacia algo que anhelamos. En contraposición con la creencia, que intenta comprender la realidad, el deseo, en su acepción de apetencia pero también de pasión, nos explica cómo ésta debería ser para el espíritu. Quizás el deseo sea, sin otro propósito, nuestra respuesta consciente a una necesidad, el principio del placer, pero entre dos cuerpos es también el vehículo para alcanzar, aunque sea por un instante, aquella profunda comunión que nace entre los amantes.

Porque todos somos diferentes no existe una forma canónica de amar. Si nos guiamos por el afecto y el respeto, por la entrega y la generosidad hacia el otro, ¿quién puede señalarnos a quien está bien o mal desear?

“La naturaleza del deseo” forma parte de la serie titulada “La piel del otro”.

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